¿Chile es paraíso pedófilo?
Puede que la frase llame a controversia, pero, ¿en realidad nuestro país está convertido en el paraíso pedófilo?
Desde la enseñanza básica nos enseñan a normalizar la pedofilia, con los mitos y leyendas urbanas como el cuento del Trauco, del cual nos sentimos orgullosos, y la que nos inculcan como representatividad sociocultural, sin permitirnos deconstruir las frases claves de aquel entramado y perverso cuento, pasando también por la cultura del secretismo y la satanización de la víctima de abuso sexual infantil en los Establecimientos Educacionales, hasta la discusión en el Congreso Nacional de la derogación del incesto, y la negatividad del Ejecutivo para realizar un aumento significativo a las penalidades por delitos que tengan relación con vulneración en la esfera de la sexualidad de niños, niñas y adolescentes, como también, las altas cantidades de causas de abuso sexual infantil archivadas.
Hoy en día, vivimos una época de cambios generacionales y culturales, dónde nos vemos inmersos en nuevas reglas sociales que tienen relación con la diversidad sexual, en específico, con la normalización de la pedofilia, la que, cada día gana más adeptos en diversos países, y la que, hoy en Chile, va ganando terreno en discusiones jurisprudenciales y en las discusiones de nuevas políticas públicas enmascaradas en la vapulada palabra “Diversidad”, ya que, los pedófilos, en su afán irrestricto de aceptación, tratan de que su pseudo “amor hacia los niños” sea socializado coercitivamente desde la aceptación y la condena social para quienes vemos estos actos como crímenes deleznables.
De acuerdo a lo anterior, y en el marco del respeto de las diversidades de toda índole, hoy desde la primera infancia hasta la formación técnica universitaria, si no hay una aceptación acorde con las “nuevas libertades”, se generan una serie de etiquetas que componen características retrógradas e involutivas, pero, ¿Se habrá evaluado el daño psicoemocional asociado a las vulneraciones de derecho grave en la esfera de la sexualidad? Entonces, es plausible preguntar ¿será retrogrado perseguir social y penalmente a todo aquel transgrede y vulnera los derechos y la indemnidad sexual de niños, niñas y adolescentes?
Hoy, muchos actores sociopolíticos, rasgan vestiduras y condenan el actuar los Alumnos de La Universidad de Chile, que, en sus tesis, naturalizan y defienden la pedofilia y pederastía, pero el real cuestionamiento es:
¿Por qué en vez de condenar con escandalizadas, corteses y cosméticas palabras, utilizando de manera circense el término “los derechos de los niños, niñas y adolescentes”, no salen a tomar medidas drásticas contra la pedofília y la pederastía?, Si este y muchos gobiernos son “El gobierno de los niños” ¿por qué no se han tomado medidas tangibles y reales que vaya en ayuda concreta de los más de 27000 mil niños, niñas y adolescentes que son vulnerados sexualmente al año? ¿Por qué no se escucha a las organizaciones sociales que trabajan con la temática, y que hacen el trabajo que le compete del Estado?
Y, por último, si se “respetan” y “resguardan” los derechos de los niños, niñas y adolescentes, desde el gobierno por medio de sus instituciones, entonces, ¿Por qué las víctimas de abuso sexual infantil no poseen defensa gratuita mientras que el imputado goza de dicho beneficio? ¿Por qué las víctimas de abuso sexual infantil, deben desarraigar su vida para no encontrarse con su abusador en lugares comunes, mientras que estos últimos andan libres y sin vigilancia alguna, mientras poseen una pseudo “Libertad vigilada”?
Chile ¿es el paraíso de los pedófilos y pederastas?, lamentablemente la respuesta es SI, ¡LO ES!
Óscar Rojas
Sub director de programa
Educador Social Infanto Juvenil
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